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Capítulo 45: osteoporosis y ejercicio físico

El grupo de la organización mundial de la salud (OMS) define la osteoporosis como una enfermedad caracterizada por una baja masa ósea y un deterioro de la microarquitectura del tejido óseo que conduce aumento de la fragilidad del hueso y conserva un aumento del riesgo de fractura. Se denominó la epidemia silenciosa del siglo XX, porque la pérdida de la masa ósea permanece asintomática durante largos periodos de tiempo. Cuando la osteoporosis es detectable por una radiografía ya que ha perdido el 25% de masa ósea, por ahí es importante el diagnóstico precoz de la enfermedad antes de que se produzca una fractura.

En EE. UU, unos 10 millones de personas padecen osteoporosis y unos 18 millones tienen una menor masa ósea, lo que se denomina osteopenia.

La prevalencia de la osteoporosis en hombres es mucho menor que en la de mujeres.


Características generales del tejido y remodelado óseo

 El tejido óseo forma el esqueleto, cuyas funciones son tres.

El tejido óseo forma el esqueleto, cuyas funciones son tres.

Primera, de soporte mecánico al facilitar un armazón al organismo sobre el que se organiza la estructura corporal, además, proporciona elementos rígidos que protegen a órganos vitales y puntos de anclaje para los músculos necesarios para la transmisión de fuerza.

Segunda, acomoda en su interior la médula ósea.

Tercera, tiene una función metabólica crucial para el mantenimiento del balance hidroeléctrico y ácido-base, pues el tejido óseo constituye una Gran reserva corporal de calcio y fosfato.

Los huesos tienen un enorme dinamismo biológico y están en continúo remodelado. Dos estirpes de célula ósea componen el tejido:

•los osteoblastos, que son células constructoras de huesos sobre el que se depositan sales minerales, con el fin de que los huesos adquieran dureza y solidez.

•los osteoclastos o células demoledoras y destructivas de tejido óseo, que se encuentran en el continuo equilibrio biológico.


Pero no parece ser un medio efectivo en el control de la pérdida de masa ósea en mujeres deportistas con amenorrea.

Esto es posible gracias al remodelado óseo o proceso por el cual se reemplaza hueso viejo por hueso de nueva formación, mucho más componente desde el punto de vista mecánico.

 Para que se produzca una pérdida de masa ósea es necesario que la cantidad de hueso formado sea inferior a la cantidad de hueso eliminado. Alternativamente se podría producir una pérdida de masa ósea si hay un aumento excesivo de la actividad osteoclástica que no puede ser completamente compensada por el aumento de la actividad osteoblástica. Esto último ocurre cuando hay un exceso en el número de unidades de remodelado óseo activadas (aumento de la frecuencia de activación de las unidades de remodelado óseo), lo que da lugar a una situación patológica conocida como enfermedad ósea por alto recambio óseo.

 A la cantidad de hueso sustituido por hueso nuevo en la unidad de tiempo se le denomina turnover (o recambio) ocio y depende del número de unidades de remodelado activas en un momento dado. Durante el crecimiento, el balance óseo es positivo hasta que finaliza el mismo, alcance el pico de masa ósea hacia 18-20 años. A partir de ese momento se entra en balance óseo negativo, que conduce a una pérdida de masa ósea de un 0,5% a 1,0% anual.

A este proceso se le denomina osteoporosis involutiva.

 Estas comienzan a perder peso óseo a partir de los 30 años, mientras que los hombres lo hacen a partir de los 50 años. Los valores máximos de contenido mineral óseo en la mujer ocurren aproximadamente a los 30-35 años de edad y a partir de ahí disminuyen una medida de un 10% por década; a los 70 años la cantidad total de masa ósea perdida es aproximadamente de un 4.5%.


Importancia del pico de masa ósea alcanzando al final del crecimiento

Teniendo en cuenta que en los niños la máxima ganancia de masa ósea ocurre entre los 13 y los 15 años, y en las niñas un poco antes, esa etapa de la vida resulta muy importante. Los hombres presentan un período prepuberal más largo que las mujeres, durante el cual se siguen produciendo un incremento de la masa, lo que puede conferir cierta ventaja a los hombres para alcanzar un pico de masa ósea mayor respecto a la mujer.

La ganancia extra de masa ósea durante las etapas de crecimiento resulta crucial para alcanzar un mayor pico de masa ósea y así prevenir las fracturas osteoporóticas en la última etapa de la vida.

Las características especiales de algunas disciplinas deportivas pueden proporcionar amenorreas por hipoestrogenismo en niñas, y por ello ocasionar un efecto nefasto sobre la masa ósea, llevando a menores picos de masa ósea de los esperados para su edad. Cuando estas niñas alcanzan la edad adulta comenzarán con una pérdida fisiológica de masa ósea que se iniciará sobre un menor pico de masa ósea total, lo que puedes suponer una mayor incidencia de osteopenia o osteoporosis en la edad adulta.

Factores asociados a la osteoporosis

Diversos factores determinan el área de densidad mineral ósea alcanzada, destacando entre ellos los factores genéticos, la carga de la actividad física realizada, la función menstrual normal a lo largo de la vida y una adecuada nutrición.

Existen tres hechos que condicionan la aparición de osteoporosis

1) cambio en la función endocrina.

2) deficiencias nutricionales.

3) disminución de la actividad física.

Dicha Asunción está apoyada por numerosos trabajos que muestran desde las devastadoras consecuencias de la inmovilización, hasta la mayor masa ósea que se encuentra asociada a un mayor nivel de actividad física.

Factores hormonales

  • Déficit de estrógenos
  • Niveles séricos de parathormona aumentada
  • Niveles disminuidos de vitamina D

Factores no hormonales

  • Ingesta inadecuada de calcio Consumo de alcohol
  • Tabaco
  • Café

Factores de riesgo

  • Mujeres delgadas
  • De raza blanca
  • Fumadoras
  • Bebedoras de alcohol
  • Sedentarias
  • Determinadas enfermedades crónicas
  • Antecedentes familiares de osteoporosis

Osteoporosis y actividad física

Solamente caminar de forma regular disminuye el riesgo de fractura femoral, mientras que la inactividad física o la inmovilidad incrementa el riesgo de padecerla

Existe una reducción del 36% del riesgo de padecer fractura femoral en mujeres de más de 65 años de edad que realizan de forma continuada un nivel alto de actividad física.


Requisitos que debe reunir la adivinad física para que mejore la resistencia del hueso

Se ha comprobado que la eficacia de un programa de ejercicio depende de variables relacionadas con:

La magnitud de la deformación producida en relación a la longitud inicial.

La magnitud de la carga o presión a que son sometidos los huesos.

La velocidad a la cual se producen las deformaciones resulta crítica, de tal manera que casi es mejor emplear fuerzas más bajas, pero aplicarlas muy rápidamente, que utilizar fuerzas elevadas, aplicadas de forma lenta y continuada.

La frecuencia de las tensiones, torsiones y presiones en el hueso

Efectos que tiene la práctica deportiva en la estructura ósea

El aumento de la masa total del brazo dominante se debía principalmente, a qué tanto la masa ósea como la masa magra, era un 20% superior en el brazo dominante. Entre los hallazgos, es destacable que el área total ocupada por hueso fue mayor en el brazo dominante, lo que pone de manifiesto que la práctica del tenis y su inicio antes de la pubertad se asocia no solo al aumento de la densidad mineral ósea, sino también a un incremento del tamaño de los huesos.

 

Este mismo grupo de trabajo estudió hasta qué nivel puede aumentar la densidad mineral ósea y contenido mineral óseo con la práctica deportiva. En definitiva, el voleibol aparece como un deporte que reúne los requisitos para estimular al máximo un aumento de densidad mineral ósea y contenido mineral óseo en múltiples regiones. Sin embargo, algunas modalidades deportivas, ya sea por provocar cambios hormonales que pueden desembocar en un balance óseo negativo, ya sea por el descanso de la concentración plasmática basal de hormonas sexuales y/o aumento de cortisol, o bien por sus defectos acelerados del turnover ocio pueden producir un descenso de la masa y/o densidad ósea en ciertas localizaciones. Por ejemplo, se ha demostrado recientemente que los ejercicios que provocan acidosis metabólica aceleran el recambio óseo y podrían conducir a un descenso de la masa ósea.

 

No obstante, en la actualidad disponemos de datos que indican que los tenistas veteranos que se han mantenido activos a lo largo de su vida, presentan valores superiores de masa y densidad ósea en las caderas, región lumbar y en el brazo dominante, incluso a pesar de reducir considerablemente el volumen total de ejercicio realizado, sin embargo, estas diferencias no son tan marcadas como las observas en los adultos jóvenes.


Diagnostico



DEXA (dual X-ray Ahsorptimetry), evaluando la densidad mineral ósea ( 13MD) o el contenido mineral (BMC) en vértebras lumbares, cuello femoral y radio en la mujer.





Ultrasonidos utilizados en huesos periféricos como el calcáneo, metacarpo o radio.





Tratamiento

  • Fármacos.
  • Ingesta adecuada de calcio.
  • Ejercicio

Ejercicio como preventivo

  • El tenis
  • voleibol
  • Fútbol
  • Baloncesto
  • Squash
  • Trote
  • Esquí alpino


REFERENCIA

López chicharro J. y Fernández vaquero A. (2006).

Fisiología del ejercicio editorial médica panamericana


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