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43-. Fisiopatología del ejercicio en las enfermedades cardiovasculares

43-. Fisiopatología del ejercicio en las enfermedades cardiovasculares


Cardiopatía isquémica

La cardiopatía isquémica o enfermedad coronaria es una enfermedad crónica progresiva que constituye la principal causa de muerte prematura en los países industrializados.




Ocurre cuando el flujo sanguíneo al corazón se reduce, lo que impide que el músculo cardíaco reciba suficiente oxígeno. La reducción del flujo sanguíneo generalmente se produce debido a una obstrucción parcial o total de las arterias del corazón (arterias coronarias).

La valoración clínica del paciente con cardiopatía is4uémicé1 incluye varios factores:

  • Síntomas de intolerancia al ejercicio
  • Capacidad funcional
  • Factores pronósticos de supervivencia
  • Factores de riesgo coronario
  • Probabilidad de futura morbilidad
  • Progresión de la coronariopatía
  • Factores psicosociales y calidad de vida

Ergometría en la cardiopatía isquémica

Una de las principales indicaciones de las pruebas de esfuerzo cardiológicas es el diagnóstico clínico y electrocardiográfico de la isquemia miocárdica desencadenada por el ejercicio. Existen otros parámetros fisiológicos, aparte del que ofrece el electrocardiograma de esfuerzo, que se estudian durante la ergoespirometría.

"La determinación del umbral anaeróbico permite individualizar los protocolos de ejercicio en la rehabilitación cardíaca, considerándose como un indicador de la intensidad del ejercicio más adecuado para realizar trabajo aeróbico en estos pacientes".

Prescripción de ejercicio en pacientes con cardiopatía isquémica

  • La intensidad del ejercicio realizado viene condicionada por la aparición del umbral de isquemia.
  • La mayoría de los cardiólogos recomiendan a sus pacientes caminar rápido en una superficie plana.
  • Es más preciso prescribir intensidad de ejercicio como porcentaje de la reserva de consumo de oxígeno.
  • Con respecto al gasto cardíaco, para conseguir detener la progresión de la enfermedad coronaria, parece suficiente actividades físicas de 1600 kcal a la semana; y para conseguir su regresión, el gasto cardíaco debe ser de 2200 kcal por semana.
  • Los programas combinados de ejercicio aeróbico y fuerza son más efectivos para mejorar la fuerza muscular y de modificar la composición corporal.

Insuficiencia cardíaca


Situación patológica en la que el corazón no es capaz de satisfacer las demandas requeridas por el organismo. El paciente presenta una limitación central para el desarrollo de su capacidad funcional.




Sin embargo, no es la única limitación al esfuerzo físico, por lo que otros factores que se consideran periféricos juegan un papel importante, como el sistema vascular y la alteración intrínseca del músculo esquelético.

Ergometría en la insuficiencia cardíaca

  • Los pacientes ventilan más durante el ejercicio a una determinada carga de trabajo, debido en parte a un aumento del espacio muerto fisiológico.
  • Las pruebas de esfuerzo cardiopulmonares se realizan para evaluar la gravedad y el pronóstico de la insuficiencia cardíaca.
  • El VO2pico define la capacidad de trabajo físico.
  • La intensidad correspondiente al umbral anaeróbico es más baja en sujetos con insuficiencia cardíaca; y está considerado como un indicador objetivo de la capacidad funcional o tolerancia al ejercicio.

Respuestas hemodinámicas durante el ejercicio en la insuficiencia cardíaca

  • En la insuficiencia cardíaca, el sistema cardiovascular es incapaz de aumentar el gasto cardíaco de forma adecuada, pero sí de alcanzar los niveles máximos de extracción de oxígeno.
  • El aumento del volumen sistólico durante el ejercicio esta disminuido.
  • Las resistencias vasculares periféricas en reposo están elevadas, pero reducen con el ejercicio.
  • Durante el ejercicio se produce una vasoconstricción en el área esplácnica y en los músculos en reposo.

Efectos del entrenamiento en la insuficiencia cardíaca

Sobre el corazón: no hay cambios (muy discretos), en el entrenamiento desciende el FC de reposo y aumenta su variabilidad.

Sistema vascular: mejora de la redistribución vascular y aumenta el flujo sanguíneo.

Sistema músculo esquelético: mejora la fuerza, aumenta la proporción de fibras tipo I, aumenta la proporción capilar/fibra, mejora la extracción de 02 en los tejidos activos y mejora la actividad oxi­dativa.

Ventilación: mejora en su eficiencia, reducción del espacio muerto y una disminución de la
ventilación a intensidades submáximas.

Capacidad funcional y la calidad de vida: mejora de los indicadores de capacidad funcional y de la puntaciones obtenida en los cuestionarios de calidad de vida.

Trasplante cardíaco

El paciente con trasplante cardíaco presenta unas características fisiológicas particulares debido, fundamentalmente, a la condición denervación del corazón que le ha sido trasplantado. Además de la denervación, el paciente trasplantado de corazón presenta otra serie de circunstancias que conjuntamente hace que tenga una capacidad funcional limitada con respecto a sujetos de su misma edad.

Normalmente la existencia de una alimentación cardíaca previa prolongada llega consigo a una situación de desacondicionamiento físico general con una repercusión importante a nivel periférico musculoesquelético, redistribución vascular, etc.

1-la patológica previa que ha conducido al trasplante. Normalmente la existencia de una alimentación cardíaca previa prolongada llega consigo a una situación de desacondicionamiento físico general con una repercusión importante a nivel periférico músculoesquelético, redistribución vascular, etc.

2-el protocolo de tratamiento farmacológico inmunosupresor que siguen estos pacientes después de haberse sometido al trasplante, incluye corticoides, ciclosporina y azatioprina.

3-los efectos de la manipulación del corazón donado desde que se extrae del cuerpo donante hasta que se implanta en el receptor.

4-las consecuencias histofisiologías de los posibles episodios de rechazo clínico o subclínico del órgano trasplantado.

El deterioro de las funciones cardíacas y del músculo esquelético representan los factores más relevantes que limitan la capacidad del trabajo físico, tanto máximo como submáximo. Esto a su vez podría deberse al tratamiento inmunosupresor y al desacondicionamiento físico.

Efectos del trasplante sobre la frecuencia cardíaca


En el corazón trasplantado, sin influencia nerviosa directa simpática ni parasimpática, la frecuencia cardíaca basal es la frecuencia espontánea de descarga del nodo sinusal sin el efecto del vago ni del simpático, es decir, de unos 90 a 110 latidos por minuto.

 Al inicio de un ejercicio dinámico se produce en el corazón inervado una disminución progresiva del tono vagal, responsable del aumento de unos 30 latidos por minuto en la frecuencia cardíaca.

 Y no presentar un descenso brusco al finalizar el ejercicio, sino que, durante la fase de recuperación, la frecuencia cardíaca puede llegar a aumentar tras haber finalizado el esfuerzo, para ir reduciendo luego lentamente hasta volver a recuperar las cifras de reposo.

 Los factores que condicionan esta respuesta demuestran que la denervación cardíaca no impide que la frecuencia cardíaca aumente durante el ejercicio, sí es bien cierto que este aumento es de menor y se produce de forma más lenta mostrando un comportamiento secuencial.

 El vago vuelve a ejercer su acción al finalizar el ejercicio provocando la ralentización inmediata de la frecuencia cardíaca hasta recuperar los niveles de reposo. No obstante, en los pacientes con trasplantes la frecuencia cardíaca no disminuye inmediatamente tras finalizar el ejercicio, sino que el comportamiento que experimenta se relaciona con la concentración de catecolaminas plasmáticas, observándose un retardo importante hasta que se recupera la frecuencia cardíaca de reposo.

Efectos del trasplante sobre el gasto cardíaco

A diferencia de lo que ocurre en los sujetos normales, en los pacientes con corazón de nervados la elevación inicial del gasto cardíaco durante el ejercicio depende casi exclusivamente de la elevación del volumen sistólico, que en reposo es especialmente bajo debido a la taquicardia basal que presentan estos pacientes. En intensidades del ejercicio más elevado y durante el ejercicio máximo, domina los mecanismos adrenoenérgicos con un efecto tanto inatropo como cronotropo positivo sobre el corazón.

Respuesta de los parámetros ergoespimétricos al ejercicio dinámico

Casi todos los factores de los que depende la capacidad de extracción de oxígeno se encuentran alterados en estos pacientes. El tratamiento corticoide y sus efectos sobre el tejido muscular esquelético, los efectos directos de la ciclosporina sobre la distribución vascular y sobre otros sistemas del organismo, la la atrofia de la masa muscular por la insuficiencia cardíaca previa y el desacondicionamiento físico, y la reducción del sistema enzimático mitocondrial que padece estos pacientes por su situación previa, conduce una déficit a una menor capacidad de los tejidos para utilizar el oxígeno y mantener una metabólisis aeróbica adecuado.

 

Por otra parte, la cinética del consumo de oxígeno se encuentra enlentecida, lo que hace que en estos sujetos se genere antes una, y que haya una participación precoz de las vías anaeróbicas de regeneración de ATP con la percusión que aquellos suponen sobre el organismo.

 

El umbral anaeróbico, expresado en valores de VO2pico, también se encuentran por debajo de lo que correspondería teóricamente a estos pacientes. Como él VO2pico es también bajo, el porcentaje de VO2pico al que encontramos el umbral anaeróbico es normal, aunque los valores absolutos son bajos. La aparición precoz del umbral anaeróbico se debe fundamentalmente a una alimentación de los sistemas aeróbicos celulares qué hace que la participación de las vías anaeróbicas de utilización de glucosa en el músculo, con la siguiente producción de ácido láctico, se produzca a intensidades de trabajos bajos.

Parámetros respiratorios del paciente con trasplante cardíaco

Las pruebas de función respiratoria (espirometría forzada) demuestran patrones espirométricos normales. Sin embargo, se ha podido observar en estos pacientes puede presentar problemas de difusión, heredados en parte

 por su situación de insuficiencia cardíaca previa de larga evolución, que provoca un engrosamiento de la membrana de difusión alveolocapilar.

Efecto del entrenamiento en los pacientes trasplantados

Diversos estudios han demostrado que los pacientes con transporte cardíaco experimentan una mejora de la capacidad funcional tras la realización de programas de ejercicio aeróbicos y de fuerza. Nosotros desarrollamos un estudio aplicando un protocolo básico de electroestimulación en el cuádriceps en pacientes sometidos a trasplantes cardíacos ( descartando por tanto los posibles efectos del ejercicio sobre otros sistemas) en lo que obtuvimos una mejora significativa del del VO2pico con respecto al grupo Control.

Recomendaciones generales para la práctica de programas de ejercicio en el ámbito de la rehabilitación cardíaca

Selección de pacientes

En general, los pacientes deben estar en una fase estable de su enfermedad, no presentar arritmias ventriculares inestables o inducidas por el ejercicio y estar bien controlados desde el punto de vista del balance hídrico.

 Antes de la incorporación a los programas, es deseable realizar una valoración clínica detallada, estudios electrocardiográficos y ecocardiográfica, así es como una prueba de esfuerzo cardiopulmonar limitado por síntomas para la correcta prescripción del ejercicio. Cuantas más variables fisiológicas podamos medir en la ergometría, mayor información obtendremos para la posterior prescripción individualizada del ejercicio. Es importante destacar la importancia de realizar la prueba de esfuerzo en el mismo tipo de ergometro en la que se va a realizar posteriormente el ejercicio.

Tipo e intensidad de ejercicio

Aeróbicos o “cardiovascular”

Intensidad con aumento

progresivo

2-3-4-5 min de ejercicio

2-3 min de reposo

 

Entrenamiento y duración

Es muy variable en la literatura: la frecuencia oscila entre tres y cinco días por semana. La duración de las sesiones está en un amplio rango de entre 20 y 90 minutos, y la duraci6n de los programas desde cuatro semanas a ocho meses. Es necesario recordar que en el ejercicio regular son reversibles, por lo que lo deseable el ejercicio, al igual que el resto de su tratamiento, forme parte de los hábitos de la vida del paciente.


Entrenamiento de fuerza en la rehabilitación cardiaca

 En el entrenamiento de fuerzas constituye un modo de entrenamiento seguro desde el punto de vista hemodinámico para cardiópatas debidamente seleccionados, incluso utilizando cargas de trabajo relativamente altas. Esta forma de entrenamiento mejora la fuerza y la resistencia muscular y puede influir positivamente en la composición corporal, el perfil lipídico, mejora la resistencia cardiovascular, así como otros factores de riesgo cardiovascular. Las novedades de entrenamiento de fuerza utilizadas actualmente en los programas de entrenamiento de fuerza incluyen en el trabajo con peso libre, mancuernas, poleas, aparatos isocinéticos y elementos elásticos. Además, el trabajo en circuito es recomendado en cardiópatas debido a su efecto añadido de mejorar la resistencia cardiovascular.


Los pacientes con una fracción de inyección y/o una función ventricular izquierda muy deteriorada puede sufrir arritmias o disfunción en el ventrículo izquierdo durante la realización de ejercicios isométricos o contra la resistencia de alta intensidad. Este tipo de entrenamiento combinado ha demostrado ser eficaz para mejorar la fuerza muscular e incluso en fases precoces de la recuperación de un infarto agudo de miocardio.

Respuestas fisiológicas

Frecuencia cardíaca

La frecuencia cardíaca observada durante el entrenamiento en circuitos de pesas es menor que durante el ejercicio incremental en cardiopatas. El aumento de la frecuencia cardíaca durante los ejercicios con pesa en circuitos es algo menor que durante la actividad isodinámica. Para cargas sus máximas el ejercicio con los brazos provoca una respuesta más exagerada de la frecuencia cardíaca que con las piernas. La frecuencia cardíaca pico que se observa durante circuitos con pesas a diferentes intensidades son significativamente inferiores a las máximas obtenidas en el ejercicio incremental que realizan estos pacientes en la prueba de esfuerzo.








Tensión arterial y función cardíaca

Que los estudios iniciales se observaron que los ejercicios con pesas de alta intensidad o el trabajo isométrico provocan una elevación muy significativa de la tensión arterial. Por otra parte, la elevación de la tensión arterial sistólica mejoraría la perfusión miocárdica, lo que mejoraría el flujo coronario, incluso en presencia de valores de doble producto elevados. Durante el trabajo en circuitos con pacientes cardíacos seleccionados, se han observado elevaciones aceptables de la atención arterial sistólica y diastólica. Con la mayoría de los protocolos de fuerza se aplican en rehabilitación cardíaca, la tensión arterial sistólica máxima alcanzada es similar o inferior a la que se somete el sujeto durante una prueba de esfuerzo en tapiz, mientras que la atención arterial diastólica alcanza valores significativamente más altos que la alcanzada durante una prueba incremental en tapiz rodante.
Es importante tener en cuenta a la hora de realizar la medición de la tensión arterial que, tanto la sistólica como la diastólica, descienden rápidamente después de realizar un ejercicio de pesas. Es probable que las mediciones de la tensión arterial realizadas después del trabajo con pesas no reflejen de forma precisa los valores de tensión arterial alcanzados durante el ejercicio. Se recomienda, por tanto, que en los programas de rehabilitación cardíaca se monitorea la atención arterial durante el levantamiento si se requiere evaluar de forma precisa la respuesta hemodinámica, así como el doble producto. Sin embargo, sí se han descrito episodios de hipotensión sintomática, hipotensión no asintomática o amplias violaciones de la atención arterial, y complejos prematuros ventriculares frecuentes o bigéminos ventriculares en pacientes durante o inmediatamente después de ejercicios de levantamiento de pesas.
Antes de iniciar un programa de entrenamiento de fuerza, los pacientes con historia de hipertensión arterial episodios de síncope deben ser cuidadosamente seleccionados e instruidos sobre las medidas preventivas que deben tomar para reducir el riesgo de accidentes cardiovasculares.

Adaptaciones fisiológicas: efectos del entrenamiento de fuerza.

Frecuencia cardíaca y función cardíaca.

En poblaciones seleccionadas, de peces producen adaptaciones cardiovasculares centrales. Se ha observado un descenso de la frecuencia cardíaca submáxima, un aumento de volumen sistólico submáximo y un aumento del gasto cardíaco máximo. sin embargo, es preciso tener en cuenta que la mayoría de los grupos de pacientes que realizan entrenamiento de fuerza realizan también de forma concomitante en entrenamiento de tipo aeróbico.

Capacidad funcional

El objetivo del entrenamiento de la fuerza en estos pacientes no es mejorar VO2pico. Una de las razones de estos resultados podría ser el bajo nivel de forma física con el que parten los pacientes. En este sentido se ha descrito una mejora más importante del umbral anaeróbico al combinar los dos tipos de entrenamiento, aunque el VO2pico no se modifique.

Fuerza muscular

Cuanto mayor es la intensidad, mayor es la mejora. Aunque aumentar el volumen o intensidad puede conseguir mayores ganancias de fuerza, la magnitud de dichas ganancias parece ser relativamente pequeña. Además, hay que tener en cuenta que los entrenamientos de más intensidad o mayor volumen aumentan el riesgo de incidencias de eventos cardiovasculares, producen fatiga excesiva y estrés excesivo sobre el sistema muscular. Por ejemplo, en un estudio se observó que 10 semanas de entrenamiento de fuerza a una intensidad del 80% de 1RM fueron seguidas de una mejora del 29% de fuerza muscular, mientras que el mecanismo programa a una intensidad de entre 30 y el 40% de 1RM estuvo asociado con una mejora del 24%.

Composición corporal

Como ya se ha comentado, los programas combinados de ejercicio aeróbico y fuerzas son más efectivos que los programas que solo incluyen ejercicios aeróbicos a la hora de modificar la composición corporal de los pacientes con patologías coronarias. algunos autores no han encontrado efectos significativos del entrenamiento de fuerza de peso o la composición corporal.

Ejercicio isométrico y dinámico

En diversas investigaciones se ha observado que, en pacientes con difusión moderada o grave del ventrículo izquierdo o con insuficiencia cardíaca congestiva, se puede producir un descenso en el gasto cardíaco, en el volumen sistólico, en la fracción de inyección, un aumento en la presión telediastólica del ventrículo izquierdo, alteraciones en la motilidad de la pared, regurgitación mitral, y arritmias durante el ejercicio desconcentración isométrica mantenida en el ejercicio de hand grip o peso muerto. 

por esta razón, el ejercicio de tipo isométrico mantenido o de alta intensidad ha estado contraindicado para pacientes con una fracción de inyección baja, debido al exceso de trabajo por aumento de la prisión que supone para el ventrículo izquierdo y ha estado tradicionalmente contraído para todos los cardiópatas por efecto potenciales adversos debidos al aumento de la postcarga y la isquemia asociada.

 Dado que el doble producto es un buen indicador del consumo de oxígeno durante el ejercicio isométrico y dinámico, las actividades competentes isométricos que pueden causar un aumento brusco del doble producto debido a la mayor tensión arterial sistólica podría causar de forma potencial isquemia.

 Sin embargo, estudios en los que se ha comparado ejercicio isométrico con ejercicio de dinámico en pacientes con cardiopatía sin alteraciones ventriculares importantes, se ha observado que el ejercicio isométrico produce menos respuestas isquémicas que las pruebas de esfuerzo de ejercicio incremental.


Modalidades de entrenamiento de fuerza

Actualmente se utiliza una amplia gama de modos de entrenamiento de fuerza en los programas de rehabilitación cardíaca. Todas ellas permiten graduar la progresión de carga.

En la fase 1 se utilizan normalmente resistencias ligeras, cómo bandas elásticas de poca resistencia, apretar pelotas de goma o ejercicios de gimnasia que impliquen solo resistencia de propios segmentos corporales sin utilización de aparatos.

En la fase 2 se recomienda a los pacientes progresar de forma muy cuidadosa en la carga para evitar lesiones. Las máquinas tienen la ventaja de que son fáciles de manejar y más motivantes que otras formas de trabajo de la fuerza. Los pesos libres se pueden utilizar en los programas de rehabilitación cardíaca, siempre que se insista mucho en la correcta técnica y haya siempre una persona pendiente de ayudar al paciente si fuera necesario.

Hipertensión arterial.

Considerada ya desde el siglo XVII como una enfermedad por sí misma, la hipertensión arterial (HTA) debe además ser considerada como un importante factor de riesgo cardiovascular.


 Tras numerosos estudios y resultados en general positivos, la OMS y la Sociedad Internacional de HTA consideraron la necesidad de revisar las normas el tratamiento de la HTA, incluyendo por primera vez la recomendación de ejercicio físico entre las medidas no farmacológicas para disminuir los valores de TA. En 1991, la OMS, y la liga Internacional de HTA elaboraron un método definido para la utilización del ejercicio como medida antihipertensiva. Uno de los mensajes principales del séptimo y último informe del JNC es la recomendación de realizar ejercicio físico de forma regular incluso a los sujetos con valores óptimos de TA 120/80mmHg, para prevenir el desarrollo de HTA y sus complicaciones cardiovasculares, siendo, además del ejercicio físico, una reducción en la ingesta calórica y por tanto en el peso si existiera obesidad, en la ingesta de sal y de alcohol, y cambios en el estilo de vida dirigidos a evitar situaciones de ansiedad o mayor tensión emocional, integran el conjunto de recomendaciones previas al tratamiento farmacológico.

Conceptos básicos de fisiología.

La tensión arterial sistólica (TAs) se produce con la eyección de sangre en la sístole ventricular, mientras que, durante la diástole, la TA, disminuye y representa la tensión arterial diastólica.

La tensión arterial media (TAm) durante un ciclo cardiaco, determina el ritmo de flujo sanguíneo a través del circuito sistémico, y se calcula de la siguiente forma:  TAm = TAd + TA dif/3

Depende básicamente del gasto cardiaco GC y de las resistencias periféricas totales (Rp):  TAm= GC x Rp 

Efectos agudos del ejercicio sobre la tensión arterial.

La respuesta de la TA ante cualquier tipo de ejercicio es de aumento generalmente proporcional a la TA de reposo, siendo esta similar en normotensos e hipertensos. El aumento del gasto cardiaco en respuesta al ejercicio dinámico similar en los hipertensos, las diferencias en la respuesta de la TA estarán más relacionadas con una distinta respuesta de las resistencias periféricas. La elevación del gasto cardiaco en el ejercicio estático es menor, pero como las resistencias periféricas aumentan o no varían, la elevación en el TA media es normalmente mayor que en el dinámico.

La respuesta de la TA como predictor de HTA

Desde hace unos pocos años, se ha comenzado a considerar que una respuesta exagerada de la TA durante o tras el ejercicio servir para predecir el desarrollo de HTA en el futuro. Algunas de estas investigaciones han encontrado un mayor riesgo de padecer HTA en el futuro en niños y adultos normotensos con una respuesta exagerada de la TA. Los resultados de los numerosos estudios no permiten justificar la realización de pruebas de esfuerzo para predecir el futuro desarrollo de HTA, cuando la prueba se realiza por otros motivos, la valoración de la TA puede aportar información de utilidad pronóstica.

La respuesta de la TA como indicador de complicaciones cardiovasculares.

El valor pronóstico de la respuesta de la TA perse, sobre la evolución a largo plazo de la enfermedad, el riesgo de sufrir complicaciones cardiovasculares y la mortalidad, es limitado depende del tipo de población y de la respuesta hemodinámica.  Los mecanismos que probablemente expliquen la respuesta exagerada de la TA al ejercicio figuran:

  •        La acción central y periférica de las catecolaminas.
  •        Una disfunción del sistema nervioso autónomo.
  •        Una reducción en la distensibilidad miocárdica.
  •        Una capacidad de vasodilatación muscular disminuida.
  •       Una alteración en la función de los barorreceptores. 
  • La acción local de las endotelinas 

La hipotensión en la recuperación postejercicio

Está claramente demostrado que la TA de reposo después de un ejercicio de tipo dirn1mico es menor que la previa al ejercicio, y que lo sigue siendo durante varias horas. Este efecto se da tanto en normotensos como en hipertensos, y en individuos. 

Efectos crónicos del ejercicio sobre la tensión arterial.

Efectos del entrenamiento de resistencia.

La prevención y manejo de la HTA, las investigaciones realizadas hasta la fecha son de dos tipos: 1) estudios epidemiológicos en los que se intenta establecer la relación entre determinados indicadores de condición física o el nivel de actividad física y la incidencia de HTA; y 2) estudios longitudinales en los que se mide el cambio en los valores de TA tras un período de entrenamiento.

Serie de factores determinantes en los cambios de TA inducidos por entrenamiento:

1.     La disminución en la TAs/TAd parece ser mayor en los sujetos hipertensos.

2.     Los resultados de aquellos estudios que han valorado la respuesta de la TA en reposo a un programa de entrenamiento de resistencia, mediante monitorización ambulatoria de 24 horas.

3.     La mayor parte de estudios realizados con sujetos hipertensos, demuestran una disminución de los valores de TA tras el entrenamiento, tanto a intensidades fijas de ejercicio como relativas al VO2max.

4.     En cuanto a la influencia de la edad, el entrenamiento de resistencia parece disminuir de igual forma los valores de TA en individuos de edad avanzada que en jóvenes (niños y adolescentes) por el momento no existe evidencia que apoye su utilización como medida no farmacológica para el tratamiento de la HTA.

5.     El sexo no parece influir.

6.    A la hora de valorar la influencia de la raza, si bien la HTA aparece a una edad más temprana, es más frecuente éstas asociada a una mayor morbimortalidad en la raza negra, desgraciadamente existen pocos estudios que hayan valorado los efectos agudos y crónicos del ejercicio sobre la TA en hipertensos de esta raza.

7.     Si bien no se ha podido comprobar que el peso ejerza influencia alguna sobre el efecto hipotensor del entrenamiento, la combinación de una restricción calórica en la dieta con la práctica regular de ejercicio intenso demuestra tener un efecto sinérgico en la reducción de las cifras de TA.

Efectos del entrenamiento de fuerza

Los resultados de algunos estudios recientes sí parecen apoyar la utilidad del

entrenamiento de fuerza realizado según las recomendaciones de 1998 del American

College of Sporls Medicine, para disminuir los valores de TA tanto en normotensos como

en hipertensos.

Mecanismos asociados con el efecto antihipertensivo del entrenamiento

Existe 8 factores:

  1. Sistema nervioso simpático (SNS).
  2. Electrólitos
  3. Factores neurales centrales
  4. Adaptaciones estructurales.
  5. Cambios en la respuesta vascular.
  6. Otras sustancias.
  7. factores genéticos
  8. hipotensión postejercicio

Fármacos antihipertensivos y ejercicio

Si fuera preciso recurrir al tratamiento farmacológico en sujetos hipertensos y a la vez físicamente activos, él o los fármacos elegidos deben disminuir los valores TA en reposo y en ejercicio, disminuir las resistencias verificas totales y no afectar la capacidad de ejercicio.
Los dos tipos de medicamentos limitan además la capacidad de termorregulación durante el ejercicio en ambiente caluroso y/o húmedo y puede provocar hipoglucemia. En sujetos en tratamiento con alfa bloqueantes, antagonistas de calcio y otros vasos dilatadores, se deberá tener especial precaución en prolongar el periodo de vuelta a la calma, ya que puede provocar cuadros de hipotensión si se termina el ejercicio de forma brusca.

Recomendaciones prácticas

Por tanto, los posibles efectos beneficiosos sobre la TA y otros factores de riesgo cardiovasculares nos llevan a recomendar la práctica de ejercicio físico unida a otras medidas no farmacológicas en aquellos con HTA ligeramente y al tratamiento farmacológico en pacientes con HTA más severa. Los sujetos HTA controlados y sin complicaciones cardiovasculares y/o renales pueden participar en programas de ejercicio o deporte de competición, siempre y cuando sean valorados y sigan un tratamiento y monitorización constantes. Para aquellos que pretenden practicar ejercicio con mayor intensidad, sería recomendable realizar una prueba de esfuerzo, especialmente si son varones mayores de 45 y mujeres mayores de 55 años. En cuanto al tipo de ejercicio que hay que recomendar, por lo general la mayor parte de los autores se ponen de acuerdo sobre la efectividad de programas que incluyen actividades como andar, bailar, correr, nadar y/o montar en bicicleta, durante al menos 30 minutos al día, a una intensidad del 40 al 60% de VO2 de reserva, un mínimo de 3 a 5 días por semana y hacer posible todos los días.

La opción más recomendable puede ser la de programa de entrenamiento que combinen sesiones de ejercicio de ambos tipos, en las formas preventivas indicadas.

Referencias bibliográficas
• López Chicharro, J. y Fernández Vaquero A. (2006). Fisiología del ejercicio. Editorial Médica Panamericana

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